Armamos el proyecto, reunimos el capital, armamos el fideicomiso entre todos los inversores, compramos el lote, pedimos presupuestos a distintas empresas constructoras, hicimos todos los trámites necesarios para poder empezar la obra y al cabo de 9 meses la obra estuvo terminada.

Y a partir de allí nos empezamos a dar cuenta que la empresa constructora no había trabajado de la mejor manera y empezamos a ver algunas filtraciones, marcas de humedad, detalles de terminaciones, maderas de la pérgola que se arruinaban, pendientes de los pisos de la galería mal hechos…..les reclamamos y no tuvimos respuesta ….hablamos con abogados y los intimamos pero tampoco respondieron, el siguiente paso era iniciarles un juicio y entre todos los inversores decidimos poner el dinero que eventualmente se iría en un juicio para hacer todos los arreglos que requería la casa para poder entregarla en perfectas condiciones y no tener ningún tipo de inconvenientes con los nuevos propietarios. Fue la mejor decisión.

Finalmente el negocio fue rentable pero no en la medida que lo habíamos proyectado en virtud de todo lo acontecido.